El tener un buen parto no consiste siempre en no haber sentido dolor, sino en la sensación de ser respetada, consultada en la toma de decisiones, y apoyada por los asistentes.
Estos consejos, que nos dan desde la asociación el parto es nuestro, pueden ayudarte a conseguirlo y también pueden servir para parar la «cascada de intervenciones» que habitualmente acompañan a la epidural.
1.- Elige una matrona o ginecólogo con menos de un 15% de cesáreas. Esto es más bien para las que van a llevar un embarazo a traves de un seguro privado, ya que en la seguridad social es bien difícil elegir algo asi.
2.- Espera a tener 5cm de dilatación antes de recibir la anestesia
3.- Evita la posición tumbada sobre la espalda después de recibir la epidural. Ponte tumbada de lado, de rodillas, a cuatro patas, sentada. Usa la gravedad para ayudar a nacer a tu bebé.
4.- Mantente fresca usando un abanico o una esponja con agua fría
5.- Evita posiciones incómodas y cambia de postura a menudo
6.- Rechaza el uso de fórceps, ventosa o cesárea si la causa es el sobrepaso de un límite de tiempo arbitrario
7.- Evita empujar hasta que no sientas la necesidad o la cabeza del bebé esté asomando
8.- Rechaza una inducción excepto si el riesgo de continuar el embarazo es REALMENTE superior al riesgo de la inducción. En caso de inducción es frecuente necesitar la epidural antes de los 5 cm de dilatación. El 70% de las inducciones en primerizas acaba en fórceps o cesárea.
9.- Come y bebe durante la dilatación.
10.- Mantén tu cabeza en el parto. No sentir dolor no significa tener que ver la TV, quejarse de aburrimiento, etc. Practica visualizaciones, relajación, masaje o lo que quieras para mantener la conexión con el bebé.
11.- Elige una anestesia espinal o una walking epidural. A diferencia de la epidural tradicional, permiten cierta sensibilidad y movilidad. Aunque la política del hospital no te permita abandonar la cama o la habitación, al menos podrás cambiar de posturas sin problemas.
Cuando se trata del alivio del dolor durante el parto, la epidural y la walking epidural son dos opciones populares. Aunque ambas ofrecen alivio del dolor, hay diferencias importantes entre ellas que vale la pena entender antes de tomar una decisión.
La epidural es un tipo de anestesia que se administra en el espacio epidural de la columna vertebral. El medicamento bloquea las señales de dolor de los nervios que transmiten las contracciones uterinas durante el parto. La epidural se administra a través de un catéter colocado en la parte baja de la espalda. El procedimiento es realizado por un anestesiólogo y requiere que la paciente permanezca acostada en la cama durante su administración.
Por otro lado, la walking epidural es una técnica más nueva que también se administra en el espacio epidural, pero con una dosis mucho más baja de medicamento. Esto permite a la madre tener más movilidad durante el parto y sentir más control sobre su cuerpo. La walking epidural se administra a través de un catéter que se coloca en la parte baja de la espalda, pero se utiliza una bomba para administrar la dosis continua de medicamento. Esto permite que la madre pueda caminar y moverse durante el trabajo de parto.
Entonces, ¿cuáles son las diferencias clave entre la epidural y la walking epidural? En primer lugar, la epidural tiende a ser más efectiva en el alivio del dolor. Esto se debe a que se administra una dosis más alta de medicamento que la walking epidural. Sin embargo, la walking epidural puede ser una buena opción si desea tener más movilidad durante el parto y no desea estar acostada en la cama durante la administración.
En segundo lugar, la walking epidural tiende a tener menos efectos secundarios que la epidural. Esto se debe a que se utiliza una dosis más baja de medicamento y, por lo tanto, es menos probable que cause una disminución de la presión arterial o un bloqueo de los nervios. Además, la walking epidural se puede ajustar fácilmente para adaptarse a las necesidades de cada paciente.
Por último, es importante tener en cuenta que tanto la epidural como la walking epidural tienen riesgos y beneficios. Es importante hablar con su médico o anestesiólogo sobre cuál es la mejor opción para usted y su bebé. También es importante recordar que el alivio del dolor durante el parto es una opción personal y que no hay una respuesta «correcta» para todos.
En resumen, la epidural y la walking epidural son dos opciones populares para el alivio del dolor durante el parto. La epidural ofrece una dosis más alta de medicamento y un mayor alivio del dolor, pero requiere que la paciente permanezca acostada en la cama durante su administración. La walking epidural ofrece una dosis más baja de medicamento y la posibilidad de moverse y caminar durante el parto, pero puede no ser tan efectiva en el alivio del dolor. Es importante hablar con su médico o anestesiólogo sobre cuál es la mejor opción para usted y su bebé.